La fotografía analógica no ha muerto. Si bien, este 2020 tuvimos la llegada de la Nikon D6 o la Canon EOS-1DX Mark III, dos bestias tecnológicas, lo cierto es que existe una gran comunidad que sigue utilizando película en cámaras que se fabricaron en el siglo pasado.
David García Montero es uno de ellos. Él tiene 29 años y es de la Ciudad de México. Su fascinación por la fotografía analógica viene de su etapa universitaria. En el Claustro de Sor Juana, David conoció la técnica de las réflex, así como los principios de la luz y la importancia de la composición.
Hoy domina la fotografía química tras varios años de practicarla. De hecho, encontró un mercado en donde también obtiene ganancias con este talento. Asegura que los clientes no le toman mucha importancia al equipo o la técnica que se utilice en un trabajo, sino la calidad y resultado que se entrega.
"En la universidad tuve la fortuna de tomar la clase de fotografía, en ese entonces la llamaban 'imagen fija'. La cursé con muy buenos maestros, Jacobo Braun, Fridah Hartz y Jorge Riveros. Nos enseñaron fotoperiodismo y fotografía como tal", explicó García Montero en entrevista.

De Minolta hasta Contax
Para David, la fotografía analógica es todo un mundo. Cuenta que comenzó en la escuela con una Minolta SRT 101 B, misma que su hermana había usado tiempo atrás cuando ella cursó la Universidad. Con aquella cámara aprendió la parte técnica y actualmente la sigue usando en trabajos profesionales.
A pesar de tener una Sony A7S, David prefiere usar réflex de rollo para todo lo que le sea posible. Desde eventos sociales, retratos, paisaje, foto de calle o de producto. En su catálogo de cámaras hay desde Rolleiflex de medio formato hasta Contax RTS que ha mostrado en YouTube con un par de videos que ha hecho en los últimos días.
"Hay todo un movimiento"
David señala que fue entre 2017 y 2018 cuando comenzó a adentrarse más al mundo analógico. En el periódico Reforma conoció a otro aficionado de este arte y con él se interesó de lleno a la fotografía química.
De hecho, aquel amigo suyo ofrece servicios de revelado de rollos y por medio de su cuenta Alquímica en Instagram, muchas de las fotografías de David se han dado a conocer.
"Por mi amigo Beto es que empecé con esto. Recuerdo que él me contó todo esto del análogo y yo mencioné que tenía mi Minolta, pero yo ya hacía todo en digital. Entonces dije que lo iba a intentar de nuevo y de repente se volvió una parte de mi vida diaria", menciona.
Además de tomar fotos, David comenzó a coleccionar cámaras y a buscar una gran variedad de rollos para diferentes situaciones. Aunque señala que el blanco y negro es su favorito, pues opina que ayuda a comprender mejor la luz y las sombras, además de centrar mejor la atención en la fotografía.

Fotografía analógica en tiempos de Covid-19
El encierro de la Jornada Nacional de Sana Distancia, nombre que se le dio en México a la cuarentena por coronavirus, no tiene desperdicio para García Montero. Acostumbrado a la fotografía de calle, menciona que estar en casa le ayuda a practicar nuevos temas para no dejar de capturar imágenes.
"La fotografía tiene diferentes maneras de vivirse. En mi casa ya sé a que hora sale cada luz. Algo que nunca había hecho en mi vida era autoretratos y lo estoy practicando. Leo mucho sobre eso. También trabajos familiares y arquitectónicos aquí en la casa. Fotografía de mascotas aprovechando que estamos encerrados, varias cosas se pueden hacer, pero hay que tenerlas visualizadas antes de tirar", detalla.
Sobre eso último, David dice que parte de su técnica personal es 'hacer la fotografía antes de pulsar el obturador', es decir, crear una composición mental y a través del estudio de la luz saber qué parámetros utilizar, qué cámara y cuál rollo es el adecuado.
Y es que a diferencia de una réflex digital o una mirrorless, en analógico, cada foto cuesta mucho más: "Con película tienes 24 o 36 intentos, dependiendo el rollo. Lo análogo es más caro, cada tiro puede valerte unos 20 pesos. En digital la ventaja es que puedes tirar 10 o 20 fotos seguidas, pero en análogo no. Por eso es importante estudiar, leer y conocer el trabajo de otros fotógrafos, no para copiarles, sino para aprender a mejorar tu propia técnica".

Un arte y forma de expresión que resurge
David sabe que la fotografía más que un trabajo o un oficio es una forma de expresión que ayuda a comprender el contexto en el que se vive. Él está completamente de acuerdo con la idea de la que la foto es un lenguaje universal, comprensible para todo el mundo.
En cuestión de lo analógico, señala que hace unos cinco años en Instagram comenzó a posicionarse el hashtag #FilmIsNotDead (La película no ha muerto). Muchos fotógrafos de todo el mundo han estado volteando a ver esta rama, convirtiéndose en un arte que resurge.
"Hay varios jóvenes que están retomando esto, en Ciudad de México te puedo decir de unos cinco laboratorios que se dedican a revelar. Creo yo también que se puso de moda, también hay muchos que se compraron una cámara para presumir de ello, más como la onda hipster de 'mira tengo algo viejo que funciona' y está bien, al final ellos son fundamentales para el renacimiento del analógico", opina David.
Para las personas que les gustaría iniciar en esta onda analógica, David recomienda buscar cámaras accesibles, pero completamente manuales, como la Canon AE-1 o cualquier Minolta de la serie SRT. Aconseja que lo importante es saber manejar el quipo y que con mucha práctica no será necesario gastar miles de pesos en una Leica, por ejemplo, si se domina la técnica.

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