En la historia de la fotografía portátil hay cámaras que marcaron un antes y después, una de ellas es la Yashica Electro 35, conocida popularmente como la Y35 o la ‘Leica de los pobres’.  

A más de 50 años de su lanzamiento, la Electro 35 es una de las favoritas para los amantes del carrete y a pesar de no fue concebida como un producto de lujo, con el paso de los años ha demostrado tener una gran durabilidad que la mantiene vigente entre el mercado de coleccionistas y aficionados.

La producción de esta cámara comenzó en el año de 1966, por la mítica compañía Yashica, que para ese entonces ya se distinguía por fabricar equipos de buena calidad y a un precio razonable, aunque no competía en números con las grandes de la época, como Nikon, Minolta, Leica o Pentax.

Sin embargo, con la Electro 35 esta marca tuvo un despunte muy importante, ya que las prestaciones de este modelo eran muy cercanas a lo que una Leica ofrecía en ese momento, incluido el diseño.

Se trata de una cámara telemétrica semi automática con prioridad de diafragma, es decir, el usuario puede ajustar el valor f/ del objetivo (un 45 mm fijo f/1.7-16) y la máquina decidirá la velocidad adecuada a través de una medición hecha con un sensor.

Este modelo evidentemente utiliza carrete de 35 mm y tiene un sistema de enfoque manual muy preciso, en el que a través del visor se observa una especie de “fantasma” que se debe alinear con el objeto a retratar para que la toma esté en foco.

La Yashica Electro 35 era la cámara ideal para viajeros, para practicantes del ‘street photography” e incluso para algunos periodistas, debido a que existe una serie de complementos que convertían el lente en un angular o un telefoto y cuenta con una zapata para flash externo.

También permitía un modo de larga exposición y un temporizador, excelente para hacerse selfies en una época en donde no había Instagram ni Facebook, ambas herramientas venían acoplados al objetivo.

Con el paso de los años, hubo algunas variaciones de este modelo, por ejemplo la serie GS, GT, GSN, en las que las diferencias no eran tan radicales, pero cada una mejoraba un poco el rendimiento de la anterior.

El precio económico y la versatilidad hicieron que la Electro 35 se convirtiera en un hito de la fotografía y es común verla en películas de los 60 hasta los 90, pues la producción de este modelo terminó a mediados de los 70.

Un dato curioso es que en la película The Amazing Spiderman, de 2012, podemos ver a Peter Parker, interpretado por Andrew Garfield, usando una Yashica Electro 35 al inicio de la cinta.

Hoy en día la podemos encontrar con vendedores privados o tiendas de fotografía con costos entre 700 y mil 900 pesos, dependiendo el modelo y la calidad de conservación.

Algo muy importante que se debe tener en cuenta si alguna vez hay la posibilidad de adquirir una es que la batería con la funciona ya no se fabrica, pero este problema se soluciona fácilmente.

En internet se venden adaptadores para usar una batería moderna,  pero también funciona sin con una CR123 de litio y dos lr44 alcalinas funcionando en conjunto y que se pueden conseguir en tiendas de electrónica fácilmente.

En 2017 se planteó un posible regreso de la Yashica Electro 35, pero con un nuevo sistema de carretes digitales llamado Digifilm, que al inicio no estaba claro de qué se trataba. Aún así, la gente se volvió loca e hizo sus pedidos a través de una plataforma de financiamiento de proyectos.

Pero cuando la cámara salió no era lo que todos esperaban, pero esa es otra historia que contaremos después...