‘Quédate en casa, es nuestra última oportunidad’. Así de contundente fue el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell este fin de semana. Y no es para menos, la experiencia internacional nos enseñó que el distanciamiento social y la higiene personal es, por ahora, la única forma de ayudar a contener la pandemia de coronavirus.

Y es que como a todo el mundo, los fotógrafos también salen sumamente afectados por este nuevo padecimiento. Por ejemplo, quienes se dedican a sociales vieron como uno a uno todos sus eventos se cancelan.

Los fotógrafos deportivos no tienen que capturar. Lo mismo que quienes cubren espectáculos; conciertos; graduaciones; los que hacen stock en exterior y muchas otras categorías.

Pero en el caso del fotoperiodismo se abre una disyuntiva interesante. ¿Quedarse en casa o salir a las calles y capturar momentos significativos de la contingencia? Las calles vacías; la gente con cubrebocas; el paso de ambulancias; los hospitales improvisados; los anuncios de negocios cerrados son muy imágenes muy tentadores para hacer un registro de lo que pasa.

Hay blogs y páginas que invitan a los fotógrafos a practicar ejercicios desde su hogar, pero seamos sinceros: estamos en un momento histórico de la humanidad que merece ser capturado.

Para los fotoperiodistas no hay opción. Su trabajo es registrar lo que pasa. Así como lo hace un corresponsal de guerra. Ellos deben tomar todas las medidas pertinentes para continuar haciendo su labor y tratar de salir bien librados de un posible contagio de Covid-19.

Las y los fotógrafos de la prensa mundial, al igual que los reporteros de campo, están haciendo un trabajo fundamental. Así como el médico cura o el investigador analiza, la prensa reporta y eso es de mucho valor.

Un fotógrafo que no está acostumbrado a hacer coberturas periodísticas y quiera participar por su propia cuenta en el registro de esta contingencia debe estar muy consciente que no es fácil.

Primero, porque se expone a contagiarse y contagiar a su vez a sus seres cercanos del virus. Que si bien, no es mortal para toda la población, sí es muy perjudicial para ciertos sectores.

Segundo, no es lo mismo hacer una cobertura periodística a un trabajo de social o de graduación. Cada una es una rama muy complicada y especial dentro de su categoría. Ambas son esenciales en la vida cotidiana, pero cada una tiene su ciencia.

Tercero, la cobertura periodística tiene como objetivo ilustrar y guardar para la posteridad un momento preciso de la historia con carácter informativo. Si alguien quiere salir a la calle y tomar fotos para ganar likes en redes, el riesgo es mucho y quizá no lo vale.

No significa que solamente los fotoperiodistas sean los únicos que deban hacer fotos de la contingencia, cualquiera puede hacerlas. Pero habría que preguntarse sí realmente esas imágenes suman valor a nuestro trabajo.

La recomendación de las autoridades es quedarse en casa. Y ojo en esto; en México es recomendación todavía. Mientras que en países de Europa es cuarentena obligatoria con sanciones legales y administrativas a quien la incumpla.

Un par de videos de la muy recomendable página www.photolari.com muestra como es hacer fotoperiodismo en España y lo difícil que lo está pasando la población en la cuarentena. Seamos sinceros, México no resistiría un impacto social y económico tan fuerte como ese, lo mejor es guardarse en casa.

Hay formas de fotografiar la contingencia de manera segura. Usando teleobjetivos desde la ventana (sin ser espías ni stalkers) o un gran angular desde una azotea para dar una perspectiva de cómo se vive el Covid-19 desde nuestras colonias.

El aislamiento también se puede documentar de manera creativa. Puede costar trabajo, pero con algo de práctica se logran buenas cosas.




Si tienes que salir necesariamente a la calle, lleva tu cámara y haz unas cuantas tomas rápidas sin exponerte mucho tiempo en la intemperie. Lávate las manos y sigue las recomendaciones de las autoridades.

Y es que es muy distinto hacer fotos en nuestros trayectos casi obligados a organizar un recorrido por la ciudad. Lo primero es algo que podemos aprovechar de los traslados impostergables. Lo segundo es ya una irresponsabilidad si se hace sólo por gusto, likes o curiosidad.

Quizá la mayoría de los profesionales que no van a cubrir la pandemia y se dedican a otras ramas de la fotografía pueden aprovechar el tiempo para mejorar sus técnicas de edición o hacer un portafolio web o hasta una página.

El trabajo quedó mermado, nadie lo niega. Las cancelaciones duelen y más el daño a la economía familiar. Un paso inteligente al futuro es preparar nuestro regreso al trabajo cuando pase el coronavirus.