“Muy satisfecho de lo que se está haciendo, llevo en esto 10 años y en cada evento siempre hay alguien que te dice ‘yo te vi hace cuatro años, hace cinco, me ayudó’. Hay muchos que me llaman para decirme que le acaban de entregar las llaves de su casa y que quieren compartirlo conmigo porque para ellos importante para lograr eso. Es un rollo de satisfacción tremendo entender que estas aportando y que estas sumando, eso al final de cuentas es lo más importante”.

Así fue como Raúl Galavíz, afamado fotógrafo instructor y ahora ex Director del Foto Fest Guadalajara, nos platicó en entrevista sobre sus vivencias, su sentir y los grandes recuerdos que quedan después de despedirse este 2020 del “bebé que vio nacer, cuido y vio con orgullo crecer” durante nueve años pero que ahora es momento de ceder su manejo para que consolide aún más como uno de los máximos referentes de la  fotografía profesional en México.  

El Foto Fest 2020 se llevó a cabo del 27 al 30 de enero en las instalaciones del Teatro Larva, ubicado en el centro de la ciudad tapatía. Durante los primeros dos días se llevaron a cabo las ponencias de destacadas y destacados fotógrafos y videografos nacionales e internacionales, especialistas en distintas áreas, que compartieron su conocimiento y experiencia con los asistentes.

Posteriormente se llevaron a cabo los talleres a cargo de profesionales como el mismo Raúl Galaviz, Sebastián del Amo, Ivan Luckie, Octavio Francko, Florent Serfati, Verónica Salinas y Sergio Moreno.

En su juventud, recordó, tocaba música de protesta en un bar en Long Beach en la costa californiana. “Siempre terminábamos en la peda, cantábamos rolas de protesta social para criticar el gobierno pero terminaba así, entonces me preguntaba si eso proponía o sumaba algo. Entonces Foto Fest es mi forma de protestar ante la desigualdad social, porque lo que hacemos aquí es darles herramientas a todos, darles una igualdad de oportunidades por medio de la fotografía”.

Un ejemplo de esto son las cortesías que se otorgan para que nadie tenga pretexto de no empezar en esta profesión. “La fotografía es una herramienta de introspección, entiendes que no hay destino, hay camino nada más, dejas de las cosas solo en blanco y negro.

He aprendido que después de cinco años, las cosas que tú creías que eran horribles resultan que son de los mejores momentos que hay en la vida”.

Estas palabras tienen eco después de que en 2016, Raúl tuvo el “peor evento” en su vida. Gritos y escupitajos de los asistentes fueron sólo algunas de las cosas con las que tuvo que lidiar, después de que el hotel que sería sede del encuentro les canceló, lo que derivó en un completo desastre de logística, organización y el enojo de todos los asistentes por las condiciones del recinto improvisado que lograron conseguir. “Todo lo que pudo salir mal en un evento salió mal en 2016, salí devastado creyendo que mi carrera se había terminado”.

Pero ocurrió todo lo contrario, su legado no podía estar marcado por el desastre, su retiro estaba encaminado a la excelencia. Desde ese año fatídico trabajó día y noche sin descanso para dejar atrás esa experiencia, misma que en el presente es considerada como uno de los mejores momentos de su vida. “No me falta ni me detiene nada y nunca ha sido así”.

Ganarse nuevamente la confianza del público no fue la parte más difícil durante este proceso de reconstrucción, la mayor batalla fue volver a creer en él mismo. “Mis hijos siempre han tenido vela en el entierro, cuando se mueren tus papás o uno de ellos, por alguna razón te das cuenta que hizo todo lo que pudo hacer por ti a su modo. Entonces cuando mi mamá fallece me dio cuenta que puedo hacer para decirle a mis hijos que los amo es tomar acción”.

La razón por la que rendirse no está en su vocabulario se debe a que no sabe hacerlo, cada que la vida le sugiere rendirse, el amor por sus hijos evitan que esto suceda.

Ceder es crecer, aprender a soltar es necesario

“Pasar la estafeta del evento puede parecer que me rendí pero es encontrar el balance entre lo que te gusta, te apasiona y lo que no. Me siento animado por que siento que el evento va a crecer mucho en la dirección de María Blanco y hay que entender que yo soy un creativo, un artista, alguien muy visual pero ese rollo de dar seguimiento a un patrocinador, planear la logística y el hecho de capitalizarlo, a mí no se me da”.

Así es como nuestro entrevistado nos expresó su sentir después de que cedió la dirección del evento a María Blanco, quien hasta ahora fungía como Coordinadora de Patrocinadores y que a partir de ahora estará al frente de este magnífico encuentro.

“No es una decisión emocional, lo he estado pensando desde hace tres años, desde que vi el evento ya no crecía tanto como en los primeros años, entonces pensé que había que buscar un director. No fue una decisión a la ligera por que sobra quien se quiera aventar al ruedo pero estuve buscando cuidadosamente y viendo muchos perfiles hasta que encontré el de María, quien ya lleva trabajando conmigo seis meses y hasta ahora todos los resultados han sido positivos”.

Esto no significa que Raúl abandone el proyecto, desde ahora toda la cuestión creativa, creación de contenido, estructuración y el crecimiento quedaran en mi área.

Ícaro: las alas devoradas por el Sol

Varias generaciones de fotógrafos han pasado desde el nacimiento del Foto Fest, en las que Raúl ha visto crecer a muchas y muchos elevar el vuelo, aunque algunos lo han hecho muy cerca del sol.

Ícaro, el hijo de Dédalo que encontró la muerte después de que sus alas colapsaran por la fuerza del Sol, es la referencia perfecta para algunas historias que el fotógrafo nos compartió.

“Me ha tocado ver a muchos estudiantes que llegan, aprenden, despegan, pierden piso y a los cinco años caen, y me vuelven a buscar por que las cosas otra vez están mal, por eso trato de evitar eso en las siguientes generaciones y congresos”.

Durante sus primeros congresos, su objetivo era enseñar a vender a los demás, lo que le atrajo fama y reconocimiento: “Dos estudiantes jóvenes aprendieron conmigo fotografía y a vender y se volvieron buenos, pero me pasaba mucho que la gente perdía el piso. ​

En este caso ocurrió así, las circunstancias los llevó a una desgracia. “Pasó una situación muy grave, los secuestraron y perdieron la vida. No me sentí culpable pero si responsable de algún modo, ahí entendí que no se trata de solo vender, sino enseñar a usar el conocimiento de forma positiva.

“El fotógrafo que creció conmigo aporta a las nuevas generaciones que vienen y a mí me enseñan donde podemos enfatizar más en la educación”.